Hablar de dinero sigue siendo incómodo para muchos artistas. Pero ignorarlo no lo hace desaparecer: lo vuelve un obstáculo. Poner precio a tu obra no es restarle pureza, es reconocer tu tiempo, tu visión y tu compromiso con esta carrera.

Este libro no te dirá qué cifra exacta escribir en la etiqueta. Hará algo mejor: te dará el criterio, la claridad y la confianza para decidir tú mismo. Porque si tu arte tiene valor —y lo tiene—, es hora de que tu precio también lo refleje.